Estrella Cervantes.
“En
el cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, nada mejor que rendir
un pequeño homenaje a tan ilustre escritor, desde cualquier rincón y desde
cualquier disciplina”.
En
los últimos treinta años, gracias a los avances tecnológicos, estamos cambiando
nuestra visión del Universo con continuas confirmaciones de la existencia de exoplanetas (que son aquellos
que se encuentran fuera de nuestro Sistema Solar).
Estos
exoplanetas también describen sus órbitas alrededor de estrellas, más o menos
cercanas a nuestro Sol, que no es más que otra estrella.
Entre
esos descubrimientos se encuentra la estrella HD 160691 o µ Ara y los cuatro
planetas, conocidos hasta ahora, que la orbitan.
Esta
estrella recibe el nombre de μ Ara por ser la duodécima estrella más
brillante de la constelación del Altar, siguiendo la nomenclatura establecida
por el astrónomo alemán Johann Bayer en su Uranometría de 1603, que fue uno de
los primeros catálogos sistemáticos de la edad moderna.
Pero
también se le conoce como la estrella HD 160691 por tener el número 160691 en
el catálogo de Henry Draper (un
compendio de casi cuatrocientas mil estrellas, publicado a finales del segundo
decenio del siglo XX).
Sin embargo, estos nombres no son
fáciles de recordar para los que no somos expertos en la materia y, al igual
que muchas estrellas y planetas han sido bautizados con nombres mitológicos, a
ésta la recordaremos con el nombre de Estrella
Cervantes.
Se
trata de una estrella distante de nosotros unos 50 años-luz y que no es
demasiado diferente de nuestro Sol, aunque se trata de una estrella algo más
grande: un 10% más masiva que el Sol, casi el doble de luminosa (un 90% más) y 2,5
veces el volumen del Sol. Se estima que tiene una edad de 6.340 millones de
años (nuestro Sol tiene unos 5000).
Los
planetas que giran alrededor de esta estrella han recibido el nombre de los
personajes más famosos de la principal obra de Cervantes.
Planeta
Quijote.
El
planeta Quijote gira alrededor de la
estrella Cervantes, describiendo
una órbita elíptica y tan excéntrica que plasma el carácter oscilante entre la
razón y la sinrazón del hidalgo manchego.
Se
anunció su descubrimiento en 2001 y, en principio, se le denominó planeta μ
Ara b.
Es un planeta de gran tamaño (mayor que Júpiter) y
el periodo de su órbita alrededor de Cervantes es de 637 días.
Planeta Dulcinea.
En el año 2004 se anunció el descubrimiento de este
planeta, conocido inicialmente como planeta μ Ara c.
Situado a unos once millones de kilómetros de la
estrella Cervantes, tarda en darle una vuelta 9,64 días.
Su masa es aproximadamente diez veces la de la
Tierra, es algo mayor que Neptuno y está tan cerca de su estrella que su
temperatura puede llegar a rondar los 2000 grados Kelvin.
Las observaciones todavía no han permitido saber si
se trata de un gigante de hielo o de una supertierra (un planeta con corteza de
silicatos a temperatura muy elevada y con muy poca atmósfera).
Su proximidad a Cervantes dificulta que Quijote
pueda “verla”. Al igual que en la novela, Dulcinea es un imposible que Quijote
apenas intuye.
Planeta Rocinante.
Fue descubierto en 2007 y nombrado en un principio
como planeta μ Ara d.
Tarda 310 días en dar una vuelta completa a la
estrella Cervantes, describiendo una órbita no muy excéntrica, similar a la de
la Tierra en nuestro Sistema Solar y su masa es aproximadamente la mitad que la
de Júpiter.
Las órbitas de Rocinante y Quijote sufren ciertas
interacciones, lo que indica que en algún momento se pueda desestabilizar la de
Rocinante, provocándose su destrucción.
Como todo buen rocín que se tercie, se mantiene
cercano a su caballero andante, Quijote.
Planeta
Sancho.
Fue intuido en
observaciones de astrofísicos en el año 2002, pero su descubrimiento no se
concretó hasta años más tarde. Al principio se le asignó el nombre de planeta μ
Ara e.
Es el planeta más grande de los cuatro que orbitan a
la estrella Cervantes y tarda más de once años en completar una vuelta
alrededor de la estrella.
Con un caminar más pausado y una órbita con menor excentricidad, recuerda el carácter sereno y realista del
bueno de Sancho en la novela de Miguel de Cervantes.